América Latina se encuentra en el epicentro de una revolución energética global, según el informe especial de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Con vastos recursos y una rica tradición en energías renovables, la región está preparada para desempeñar un papel fundamental en la creación de un sistema energético más seguro y sostenible a nivel mundial.
El informe de la AIE destaca la extraordinaria dotación de recursos energéticos y minerales en América Latina y el Caribe. Desde energías renovables de alta calidad hasta petróleo, gas y minerales críticos, la región posee una diversidad que puede contribuir significativamente a la seguridad energética global. Además, América Latina ya cuenta con uno de los sectores eléctricos más limpios del mundo, liderado por fuentes como la hidroeléctrica, las energías eólica y solar, y la amplia utilización de bioenergía.
Desafíos y oportunidades
A pesar de sus ventajas, el informe señala una brecha sustancial en la aplicación de políticas sostenibles. Aunque algunos países se han comprometido a alcanzar emisiones netas cero, las políticas actuales indican una dependencia continua de combustibles fósiles. No obstante, si se cumplen los compromisos anunciados, América Latina podría ver cómo las energías renovables cubren toda la nueva demanda energética para la próxima década.
Acciones clave para una transición exitosa
El informe identifica cuatro acciones clave para reducir las emisiones de CO2 y acelerar la transición hacia energías limpias: la adopción acelerada de energías renovables, la electrificación de la industria y el transporte, el impulso de la eficiencia energética y el acceso a soluciones limpias para cocinar. Además, destaca la importancia de aumentar la inversión en proyectos de energías limpias, con un llamado a duplicar la financiación de estos proyectos para 2030.
Cumplir con los compromisos anunciados no solo tendría beneficios medioambientales, sino también económicos. Se espera que las exportaciones de petróleo aumenten, la producción de hidrógeno de bajo costo se expanda, la producción de biocombustibles crezca y los ingresos provenientes de minerales críticos se dupliquen, superando a los de los combustibles fósiles.
El informe destaca la necesidad de una mayor cooperación internacional y la formulación de políticas de apoyo para maximizar el potencial de la región. También subraya la importancia de centrarse en la accesibilidad universal a la energía moderna, ya que millones de personas en la región aún carecen de acceso a la electricidad y a fuentes limpias para cocinar.
Según el informe, la inversión en la región también debe aumentar sustancialmente. Para cumplir los compromisos, la financiación de proyectos de energías limpias debe duplicarse de aquí a 2030 hasta alcanzar los 150,000 millones de dólares y quintuplicarse de aquí a 2050.
En este escenario, la relación entre inversión en fuentes limpias y combustibles fósiles sin disminuir pasa de aproximadamente 1:1 en la actualidad a 4:1 en la década de 2030. Según el informe, las transiciones centradas en las personas también deben centrarse en proporcionar acceso universal a la energía moderna a precios asequibles, ya que 17 millones de personas en la región carecen de acceso a la electricidad y 74 millones no tienen acceso a fuentes limpias para cocinar.
Además de abordar las emisiones de CO2, los principales productores de la región pueden reducir las emisiones de metano de las operaciones de petróleo y gas en casi un 80% a bajo coste, y en torno a un 40% sin costes netos, apoyando el Compromiso Global de Metano que la mayoría de los países han firmado.
Sobre la base de los compromisos anunciados, las emisiones procedentes del uso de la tierra y la agricultura, que representan la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de toda la economía de la región en la actualidad, se reducen a finales de la década y llegan a cero neto. Alrededor del 85% de los bosques de la región se encuentran en países que forman parte del Compromiso de Glasgow, cuyo objetivo es detener la deforestación para 2030.
América Latina está en una posición única para liderar la transición hacia un sistema energético mundial más seguro y sostenible. Con recursos naturales excepcionales y un compromiso histórico con las energías renovables, la región puede no solo impulsar su propia transición, sino también contribuir de manera significativa a la seguridad energética global.
La AIE señaló que está lista para apoyar a los gobiernos de la región en este tema, construyendo un sistema energético global más seguro y equitativo