El panorama de la eficiencia energética en 2023 presenta avances significativos, pero un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) advierte que, aunque se ha progresado, es necesario acelerar el ritmo para cumplir con los objetivos climáticos globales.
La política de eficiencia energética avanzará a buen ritmo este año, pero la urgencia de duplicar los esfuerzos se convierte en un imperativo para frenar el calentamiento global.
El compromiso mundial de duplicar la mejora de la eficiencia en esta década se ha convertido en un pilar crucial, especialmente tras la crisis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania. Las inversiones en eficiencia han aumentado un 45% desde 2020, y tres cuartas partes de la demanda mundial de energía están respaldadas por políticas de eficiencia energética o medidas novedosas. Sin embargo, el informe destaca que, a pesar de estos esfuerzos, las mejoras globales en la intensidad energética se han ralentizado en 2023.
La AIE advierte que, para alcanzar las emisiones netas cero en el sector energético para 2050, un requisito esencial para cumplir el Acuerdo de París, se debe duplicar la mejora anual de la eficiencia energética. En 2023, la intensidad energética mundial solo mejoró un 1.3%, muy por debajo del 4% anual necesario para alcanzar este objetivo.
"Las ambiciones climáticas del mundo dependen de nuestra capacidad para hacer que el sistema energético mundial sea mucho más eficiente", declara Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE. Este llamado a la acción es especialmente resonante en el marco de la COP28 en Dubái, donde los líderes mundiales se reunen para abordar los desafíos climáticos.
La Unión Europea, tras mejorar la intensidad energética en un 8% en 2022, está en camino de registrar una mejora del 5% en 2023. Estados Unidos también se dirige hacia una mejora del 4% este año.
El informe destaca que el aumento constante de la eficiencia es crucial para reducir las emisiones, especialmente ante las crecientes expectativas de demanda de electricidad a nivel mundial. La adopción generalizada de tecnologías como LED en iluminación podría tener impactos significativos, ahorrando suficiente energía para alimentar vehículos eléctricos o calentar hogares. Además, duplicar las mejoras en eficiencia generaría beneficios económicos, creando 4.5 millones de empleos y reduciendo las facturas de energía para los hogares.
Mientras la política global de eficiencia energética avanza, la urgencia de acelerar el ritmo es innegable. La COP28 en Dubái se presenta como una oportunidad crucial para que los líderes mundiales se comprometan a tomar medidas más enérgicas y cumplan con las metas establecidas. Duplicar las mejoras en eficiencia no solo es esencial para el cumplimiento de los objetivos climáticos, sino que también promete beneficios económicos y ambientales sustanciales.