La Ciudad de México es el hogar de once impresionantes bosques que cubren un área de 37.4 mil hectáreas. Estos pulmones verdes, más que meras extensiones de vegetación, son esenciales para nuestra existencia, proporcionando el 60% del agua que consume la ciudad, protegiendo la biodiversidad, mitigando el cambio climático y ofreciendo sustento y refugio al 12% de la biodiversidad nacional.
En el marco del Día Internacional de los Bosques, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las naciones del mundo se unen para reflexionar sobre la importancia de estos ecosistemas. No solo apreciamos su belleza natural, sino también su papel crucial en la salud y el equilibrio de los ecosistemas.
La ONU ha designado el 21 de marzo como un día para concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de los bosques y fomentar el respeto por los recursos naturales. Estos representan una oportunidad vital para la coexistencia armónica entre los seres humanos y la naturaleza.
En la CDMX, nuestros bosques, ubicados principalmente en las alcaldías de Milpa Alta, Tláhuac, Alvaro Obregon, Tlalpan, La Magdalena Contreras y Cuajimalpa, son considerados suelo de conservación. Estos ecosistemas desempeñan un papel fundamental en la infiltración de agua y la producción de oxígeno, procesos esenciales para la vida en la metrópoli.
Según datos de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Coreandr), los bosques de la ciudad logran infiltrar a los mantos acuíferos, de donde proviene el 60% del agua que consume la ciudad, 73 litros de agua por cada habitante.
La infiltración de agua es un componente crítico del ciclo hidrológico, ya que permite que el agua de lluvia se filtre a través del suelo y alcance los acuíferos subterráneos para su almacenamiento y uso futuro. La tasa de infiltración varía según factores como la textura del suelo, la vegetación y la intensidad de la precipitación.
Nuestros bosques se clasifican en tres tipos: pino, oyamel y encino. En el Vivero Forestal, ubicado en las instalaciones de la CORENADR, se ha incrementado la producción de árboles nativos y plantas desde 2019, pasando de 250 mil a más de 10 millones de ejemplares anuales. Estos árboles y arbustos, entre otros, se utilizan para revegetar los ecosistemas del suelo de conservación, en colaboración con los núcleos agrarios.
La tasa de supervivencia de estos árboles es del 70%, y al menos 12 núcleos agrarios de la ciudad han logrado una reforestación del 100% en sus Areas de Restauración y Conservación Ambiental Comunitaria (ARCAC).
La ciudad ha logrado importantes avances en la prevención y combate de incendios forestales, ocupando los primeros lugares nacionales en detección rápida de columnas de humo y en la duración de los incendios.
Además, se han endurecido las penas para quienes talen o comercialicen ilegalmente madera de los bosques, mediante la reforma al articulo 345 Bis y la adición del articulo 346 Bis al Código Penal para el Distrito Federal, estableciendo una pena de 6 a 20 años de prisión.
Desde 2019, se han realizado más de 5,000 recorridos de vigilancia, 2,000 visitas de inspección y más de 600 operativos para combatir los delitos ambientales. Actualmente, la ciudad cuenta con 1,193 brigadistas especializados en el combate de incendios forestales, distribuidos en 97 brigadas, que trabajan en turnos de 24 horas para proteger los ecosistemas.
